viernes, 10 de octubre de 2014

CLONACIÓN HUMANA

Hoy se constata que la ciencia se ha vuelto subrepticiamente tecnociencia, es decir, que se ha puesto al servicio de finalidades puramente operativas o con fines exclusivamente utilitaristas, mundo digital, sobre una sociedad. Los objetivos utilitarios inmediatos han ahogado de algún modo la reflexión de los propios científicos, médicos, etc. sobre el sentido último de sus investigaciones. Ya no se piensa ni se plantea: ¿Cuál es la naturaleza o identidad de…? sino ¿Cuál es la función de…? ¿Para qué sirve? ¿Cómo funciona? ¿Cómo ha sido producido?”. entonces, para qué se clona?

No todo lo que se puede hacer es lícito y en este campo concreto, parece necesario establecer- reconocer unos límites para la investigación sobre el ser humano y métodos que alteren la naturaleza ya establecida. Entonces en la clonación se es claro que en una ejecución de tan gran amplitud puede afectar: la religión, la fe, el significado de persona y todo lo que conocemos como naturaleza.

Relamente el gran choque se da en el debate entre la Clonacion y la Religión:
Posiblemente, más que un punto de partida haya que hablar de un punto de llegada. Es cierto que los creyentes apelan a la normatividad de la naturaleza, como relevada en la creación del ser humano por parte de Dios,  pero al entrar a un ámbito de la creación del hombre por el hombre estamos apelando que Dios no interviene en el cuándo se vive o se muere. Se está desacreditando la existencia de Dios. “Antes de haberme formado yo en el seno materno, te conocía, y antes de que nacieses te tenia consagrado” (Jeremías 1,5). Frases como esa rigen a gran variedad de creyentes en todo el mundo y ante el desarrollo acelerado del mundo digital están perdiendo validez o creencia.